miércoles, 18 de mayo de 2011

Esta frase no se la oirás decir nunca a un político profesional.

“Yo no aspiro a ganar las elecciones”

Me quedo con estas acepciones de 'ganar' según la RAE:
1 - Adquirir caudal o aumentarlo con cualquier género de comercio, industria o trabajo.
2 - Obtener un jornal o sueldo en un empleo o trabajo.
3 - Obtener lo que se disputa en un juego, batalla, oposición, pleito, etc.
4 - Conquistar o tomar una plaza, ciudad, territorio o fuerte.
5 - Llegar al sitio o lugar que se pretende.
6 - Captar la voluntad de alguien.
7 - Lograr o adquirir algo
8 - Aventajar, exceder a alguien en algo.
9 - Avanzar, acercándose a un objeto o a un rumbo determinados.
10 - Mejorar, medrar, prosperar.

Yo no aspiro a esto.

En realidad, lo que a mi me gustaría es que los ciudadanos recuperen la POLITICA. Si, con mayúsculas. No lo que parece que hacen la mayoría de políticos profesionales.

Y no creo que sea algo fácil.

Creo que no vale la postura de los antisistemas.
Es cierto que el sistema en el que vivimos no es perfecto, pero tiene que existir algo que regule cosas tan evidentes como:
-         La solidaridad institucionalizada. ¿Qué son si no los impuestos aunque nos parezca que no están bien redistribuidos?
-         La justicia. Aunque la Ley del Talión supuso un avance social enorme en su día, las sociedades occidentales que conocemos buscan que la justicia sea ecuánime y que, con posterioridad, el delincuente se reincorpore a la sociedad, no la venganza por la venganza. Otra cosa es que se consiga.
-         La propiedad. A algún utópico le puede parecer que este punto sobra. Pero creo que es algo implícito a la naturaleza humana el que el esfuerzo se vea recompensado en su justa medida (por nosotros mismos, por nuestros hijos).
-         Y mucha otras cosas; las relaciones laborales, la adquisición y regulación del conocimiento (personalmente prefiero que me trate de una dolencia un médico titulado que un chaman).......

Creo que lo único que vale es participar en la vida política, en la medida de las posibilidades de cada uno:
-         En manifestaciones civilizadas de protesta (en las de estos días los políticos profesionales dicen que es por la crisis o por el político de enfrente. Yo, personalmente, creo que es por ellos en su conjunto).
-         En foros de opinión. Aunque sea para poner a bajar de un burro a un partido u opción política con la que, por cualquier motivo, no se esté de acuerdo (eso si, respetando siempre al individuo).
-         Informándose y formándose una opinión propia (lo que implica oír varias opciones).
-         Militando en un partido. Y digo militando, no ‘siendo’ de un partido. Yo soy de Bilbao, del Athletic y cristiano. Eso es algo intrínseco a mi, a  mi naturaleza. En un partido milito, expongo y comparto mis ideas, pago una cuota, intento mejorar el entorno que me rodea y, si percibo que no soy capaz de hacerlo o no estoy alineado con el partido, actúo en consecuencia.
-         Votando. A la mejor opción. O a la menos mala. Y, aunque no lo parezca, empiezan a existir alternativas.

Pero nunca, nunca, quedándome sentado en el sillón pensando que esto no se puede cambiar.

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